Recuerdos
He estado pensando que aunque tengo maravillosos recuerdos de los juegos que jugué de niño o adolescente, algunos de esos recuerdos son un poco más traumáticos de lo que cabría esperar.
Me regalaron una GameCube en las navidades de 2002, un pack especial que traía la consola con el Super Mario Sunshine. Nunca jamás he podido terminarme ese juego, ni tengo intención alguna de volver a intentarlo, tuve que admitir mi derrote con él y seguir adelante con otros juegos. Después de eso tuve el Melee, Starfox Adventures, Tales of Symphonia, Metroid Prime 1 y 2… el catálogo de la GameCube era y es una maravilla, y aún tengo pendiente algunas joyas (como La Puerta Milenaria).
Con paciencia, tiempo y esfuerzo, fui pasándome esos juegos, pero no todos. Starfox Adventures por ejemplo se me resistió mucho, Pikmin lo terminé hará como unos diez años, y el Super Mario Sunshine antes mencionado ni está ni se le espera en mi lista de logros. Quizás es porque el tiempo pasaba más lentamente cuando era joven, quizás fuese mi falta de habilidad, o quizás ambas cosas; en cualquier caso, suelo recordar varios de esos juegos como bastante largos, tanto que me daba reparo ponerme a rejugarlos sabiendo lo que tardaría en volver a terminarlos.
Con el paso de los años y al atreverme a rejugarlos a pesar de todo, descubrí que eran experiencias más amenas y breves de lo que tanto temía. Mi falta de habilidad, paciencia y buenas guías se ha ido supliendo con el tiempo. Recuerdo cómo terminar Metroid Prime 1 fue una tarea hercúlea para mí en mi adolescencia, y me ponía tan nervioso con las dos fases del jefe final que tenía que pausar e irme a hacer otra cosa, o mi ansiedad acababa matando a Samus. Cuando lo rejugué hace dos años en su versión Remastered arrasé con el juego (y no lo recordaba tan bien como pensaba) y sus jefes, aniquilando las dos fases del jefe final casi sin recibir daño. La misma aviesa criatura que tanta ansiedad me daba se había convertido en un reto casi indigno de mención.
Preparándome para el inminente lanzamiento de Metroid Prime 4 he decidido que valía la pena terminar la segunda partida que empecé de Prime 2, precisamente hace dos años tras terminar Prime Remastered. Prime 2 es posiblemente el más difícil de la trilogía, y la cantidad de jefes que hacía que me diese un vuelco el estómago solo de pensar en enfrentarme a ellos no era poca. Aún así, decidí seguir adelante y ver lo que revisitar este juego me deparaba…

Y me lo cepillé tan ricamente.
Los traumas derrotados
Ha resultado bastante terapéutico coger a todos estos malignos bloques de código y modelos 3D y darles la paliza de su vida, no puedo negarlo. Me siento sinceramente mejor tras hacerlo, pues cada miedo que me quite de la cabeza, por tonto que sea, es bienvenido. Varios jefes en particular me dieron abundantes problemas en el pasado, y con el tiempo e interactuar con la comunidad he descubierto que no estaba solo.
Esos jefes eran difíciles, muy difíciles, algunos tan infames que hasta los diseñadores que los crearon admitieron años después que se pasaron, y sus creaciones terminando siendo más una desequilibrada fuente de frustración que un reto divertido. He vuelto a jugar a Metroid Prime 2 en su versión Trilogy, que si bien no hace el juego más fácil mediante modificar ningún valor interno, sí facilita el movimiento y apuntado gracias al Wiimote. ¿Habré ganado gracias a eso? No lo tengo del todo claro.
Un juego interesante en su contexto
Esta segunda partida también me ha ayudado a apreciar el juego en su contexto, como secuela de Metroid Prime 1. Aunque Prime 2 no sufrió el crunch terrible del desarrollo de la primera parte, sí se hizo en un periodo de tiempo bastante breve, y no ayudó que en un principio quisieran rehacer todos los assets de cero y no reutilizar nada de Prime 1 (el juego final deja claro que este plan salió regular, pues muchos modelos se reutilizaron con pocos cambios).
Debido a esto, no había tiempo de innovar a lo grande. Prime 2 parece en su gameplay una expansión del primer juego más que una secuela, sin embargo hay pequeños cambios y mejoras que se hacen notar. En particular, los puzles con la Aracnosfera (en conjunción con la Turbosfera) son bastante interesantes, y ambos módulos juntos dan una movilidad que la Morfosfera no tenía en el primer juego. En este respecto el Ataque Espiral ayuda también: aunque llega muy tarde en el juego, ayuda a sortear puzles y habitaciones que serían más lentas o complicadas de atravesar sin él, y este es precisamente una de las mayores quejas del diseño de niveles de Prime 1, que sin importar cuantas mejoras tengas el mapa casi siempre se recorría de la misma (y en ocasiones tediosa) manera.
Probablemente el cambio menos popular de Prime 2 es el sistema de munición para los Rayos que no sean el Rayo Normal. Es un sistema no demasiado bien pensado, que requería o bien más expansiones de capacidad de munición o cambiarlo entero por un sistema de cooldown. Es bastante común tener la sensación de que estás desperdiciando munición en cuanto pegas un par de tiros de más, y el sistema de debilidades y resistencia de Luz/Oscuridad de casi todos los enemigos hace que tengas que usar ese preciado recurso limitado. Al final es solo una sensación, es raro verte con alguna munición a cero, pero produce una ansiedad que no considero necesaria. No ayuda tampoco que el Rayo Normal parezca tener una fuerza ridícula: incluso un insecto del tamaño de un balón puede recibir diez o quince tiros en sus órganos expuestos sin morir. Llegado a cierto punto, o usas siempre el rayo cargado, o mejor aún lo conviertes en un Supermisil para hacer una cantidad de daño no ya decente, sino perceptible siquiera.
La atmósfera, como en Prime 1, está fantásticamente hecha para hacerte sentir que estás en un planeta alienígena. Pero mientras Prime 1 tendía más a los escenarios bonitos y detallados que te hacían pararte a contemplarlos, Prime 2 tiene un aire muy diferente: uno hostil y desolado. Encaja y aumenta la historia del juego perfectamente, donde llegas de casualidad a un planeta desolado por un meteorito, un cambio climático terrible, y una invasión extradimensional de monstruos amorales que quieren robar la esencia misma del planeta. Como tal, hay abundantes cadáveres deLluminarios, estructuras derruidas, animales y robots poseídos por los Oscuros, mecanismos que el visor te señala que dejarán de funcionar si nadie los mantiene, lugares de recreo otrora pacíficos reconvertidos a la prisa en el frente de una guerra que los nativos no podían ganar… el aire huele a desesperanza y derrota. Lo cual hace más satisfactorio que sean tus propias manos las que cambien eso. No siento nada en particular al destruir enemigos en un Metroid, pero en esta entrega en particular disfruto viendo a los Oscuros desintegrarse, por todo el caos y la maldad que encarnan.
Y una vez superados los traumas de la adolescencia… los jefes son interesantes, y divertidos. Siguen el clásico esquema de la saga Prime de ser más puzles con tiros que combates directos, y algunos de esos puzles son francamente enrevesados, especialmente en las batallas que solo ocurren en modo Morfosfera (una de ella es posiblemente la más complicada del juego).
A pesar de los problemas con la munición y los jefes infernales, me lo he pasado muy bien rejugándolo. Mejor que la primera vez, hará como veinte años, eso desde luego, y creo que es un juego que requiere más atención. La gente suele loar más a su predecesor, y es natural, pero Metroid Prime 2 no creo que sea un juego que alguien que quiere jugar la saga deba saltarse.
Entonces, ¿por qué sabe más el diablo?
Volviendo a lo que me ha hecho escribir esto… ¿he mejorado yo como jugador, o simplemente no tengo ya el atolondrado cerebro de un adolescente? ¿Es esta versión del juego más fácil, o de verdad juego mejor?
Quiero creer que es un poco de todo, la verdad. No tiendo a ver el cómo envejezco con buenos ojos prácticamente nunca, pero quizás haya ventajas, quizás toda la experiencia de estos años, incluso las malas experiencias, hayan acabado valiendo la pena. Debería rejugar más juegos antiguos para ver si esa es la respuesta.
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